He oído repetidas veces que debo olvidar mi pasado para vivir tranquilo el presente. Lo he intentado y considero que lo hice muy bien; me di la tarea de enterrar varios de esos acontecimientos desagradables y he guardado para mi gozo aquellos maravillosos. Un sentimiento de felicidad se apoderó de mí fácilmente por el logro, aunque luego noté que aquello era efímero, porque de pronto el pasado saltó sobre mí, no como una idea (ya que estaba enterrada), sino en el rostro de una persona que vi mientras caminaba... Después del sobresalto, me convencí de que el pasado nunca muere, ni se olvida, sólo descansa en los remansos de la memoria para brotar estrepitosa y repentinamente en nuestras narices, sea a través de nuestros recónditos sueños o en las infinitas probabilidades de la vida cotidiana. La verdad que en ese momento no tuve cara para enfrentar mi pasado. Pero luego de la reflexión inminente la acción fluyó con serenidad: decidí enfrentar ese rostro del pasado, mirarlo con frente alta (no orgullosa), con ojos firmes (no altivos), con voz tranquila (no pasiva), con mano firme (no dictadora), con palabras sobrias (no soberbias). El rostro de aquella persona, que me pareció desagradable y hasta burlesca al momento de aparecer, cambió totalmente ante la nueva actitud, ante el nuevo Ser que se manifestaba. Enfrenté mi pasado y ahora simplemente lo recuerdo de otra manera.
¿Qué se debe esperar después de una sesión con Ayahuasca? Para responder a esta pregunta hay que considerar la intensidad con que la Planta Madre ha actuado en tu cuerpo y en tu conciencia. Si crees que los efectos fueron mínimos, es decir, “no sentiste nada”, entonces debes aprovechar al máximo las enseñanzas que salen de la experiencia misma: la tranquilidad del Retiro, los momentos de meditación, los ejercicios, las purgas, el silencio y los consejos del chamán. Además de ello, debes autoevaluar a profundidad tu comportamiento durante el Retiro y el estilo de vida que llevas. Pero toma en cuenta que la Planta actúa en ti aunque tú no hayas sentido nada. Pero si el nivel de intensidad fue alto, es decir, hubo mareos, visiones, vómitos, si te sobrecogieron emociones que parecían fuertes e incontrolables, si la noche dio paso a interminables pensamientos, y si tu cuerpo fue invadido por escalos fríos o calenturas, entonces calma, calma. Seguro el chamán hablará contigo al...
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