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Mostrando entradas de octubre, 2011

Los días oscuros

No importa el motivo ahora, pero hay días que amanecen oscuros. Son esos días malnacidos en que nos metemos de lleno al hoyo de nuestros vicios e imprudencias. Días negros, malditos. Están cargados de rabia, odio, frustración, decepción y cólera. Estos sentimientos hacen de la oscuridad un lugar acogedor desde donde disparamos los dardos envenenados más certeros para desmenuzar lo que hemos construido o lo que tanto nos costó amar. Nos convertimos en esa parte del universo, la que absorbe todo a su paso, incluyendo la luz de las estrellas y los pedacitos estelares de pan, somos agujeros negros en plena y orgullosa acción. ¡Así se van al carajo "esos días maravillosos" y se acabaron las "palabras de amor" para todos! Sí pues, esas caídas en el hoyo de nuestras negras emociones son constantes en nosotros los seres ordinarios. Sí pues, la furia, la rabia y todo aquello es parte de nuestra vida y así será siempre, hasta que aprendamos a manejarlas. Pero hasta

Las primeras veces con la Vieja Sabia (Ayahuasca)

No me siento un experto, mucho menos un especialista, solo tengo la sensación de caminar firme, en línea y hacia el claro. Sí, veo tormentas y partes oscuras, pero entraré en ellas con los ojos cerrados y la lumbre que llevo.  Recuerdo mis primeros pasos, pero no con el orgullo del ahora, sino con la humildad del eterno aprendiz. Nunca sentí el llamado verdadero, ni tuve el sueño que provoca insomnio, ni apareció la frase enigmática, ni la magia estuvo presente; llegué a la Vieja Sabia por curiosidad y aún así me acogió. A veces pienso que Ella no te llama, solo la encuentras en tu camino, y si crees en lo que viste entonces giras.  Sonrío, porque ayer saciaba mi curiosidad, ansiaba pedacitos de paz y deseaba más visiones reveladoras, quería, en pocas palabras, la "droga" del fin de semana. Hasta que un día sentí morir [ahora mi sonrisa desaparece] y supe que estaba en todas partes y que todo estaba en mí. Entonces nació la postura, el paso firme y la revelación de mi Prop

La historia que no sé y los sentimientos que no quiero

Varios hechos del pasado han tocado mi memoria hoy. Una profesora de historia me dice "mañana juega Perú contra Chile, Perú 2, Chile 0, hay que ganar a los chilenos"; sus palabras están cargadas del tipo de emociones que no corresponden al entusiasmo deportivo, y tratan de inducirme patriotismo terruñero. Otro amigo, de Cataluña, me recuerda cómo la Reina Española, la Católica, se llenó los bolsillos con las riquezas que sus comedidos, los Castellanos, quitaron a los incas... me lo dice con tal vehemencia, como si la reina lo estuviera escuchando y todos los castellanos mirándolo sin poder hablar, pero me lo recuerda para que reaccione y me aúne a su estirpe de regionalista sometido. Una estudiante norteamericana, temerosa del Dios protestante, sin ocultar su enfado me relata las desgracias que cometieron los Católicos al destruir la religión de los andes; mientras ella trata de sentir el llanto del pellejo ajeno, quiere despertar en mí al inca indómito, el poder de la Pach