Hay veces en que me siento un Apuchin, e inflo el pecho como todo espadachín. Esto pasa cuando encuentro a alguien chiquitín. Hay veces en que me siento nadies , porque digo inocentadas y me trago desaires. Esto pasa cuando alguien me habla con insuflados aires. Hay veces en que me desconozco. Soy torpe, iracundo y tosco, pero soy yo, lo confieso, y no alguno de los Orozco. Hay veces, ocasiones, en que canto, rezo, oro, y vibro. Y entonces, curo, sano, y limpio. Y mi voz no es la mía, es la de otro. Hay veces, como ahora, en que me siento pleno, tranquilo, sin el tiempo, como quien regresa al seno. Seguro que alguien dirá que estoy en algo bueno. A veces soy uno u otro, pero muy pocas veces, uno. Soy todos ellos, pero más que nada, me gustaría ser solo uno. Y aunque puedo escoger ser todos, elijo el que está aquí, el que escribe en su mente estos pensamientos.
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