"¿Qué estás pensando, Donaldo?" Me pregunta Facebook. ¡Qué te importa! --me dan ganas de decirle--. Pero si insistes, te lo diré: eres un papel en blanco para el terrorista de la letra. Eres un hipócrita, porque incitas a que los pensamientos salgan sin filtro y luego impones tus "reglas comunitarias". Nos tratas como cavernícolas, escribiendo lo que pensamos sin la más mínima consideración (en vez de teclado tenemos macana). Tu negocio es la desidia del pensamiento, el chisme azuzador y la grosería abreviada ("crjo, mda, ctm"). Tu publicidad explota cuando hay guerra, violencia y protesta, como en el Perú. Mientras tú facturas, nosotros nos sacamos los ojos, y los sesos, y las vísceras. Tu negocio invoca a la muerte ("que se muera, metan bala, asesina"). Yo no quiero tu like ni el de nadies, yo solo quiero un abrazo, digo, quiero darle un abrazo a la señora D y a Otárola, y decirles, face to face, con lágrimas, que paren, que ya está, que es suficiente.
Recarga en la Catedral del Cusco A Juan Víctor Núñez del Prado Béjar Frente a frente, estamos. Tú me miras desde arriba, ni tan arriba, ni tan abajo, lo justo para decirme con tu mocha que me quieres, lo justo para que me corrijas. Yo aquí, parado, abajo, en estas bancas donadas, levanto la mirada, levemente. Te miro y lloro Tayta de los Temblores. Tantos años, tantos tiempos y no termino de descifrarte; siempre hay detalles, siempre revelas pensamientos en mí. Pero hoy no, no quiero decir quién eres. Tu mirada me lo impide. ¡Perdóname! ¡Dame fuerza! Yo soy tú, somos uno, pero tú sigues allí arriba y yo, aquí abajo. Es nuestra dualidad. Recorro esta Catedral, despacio, en silencio, cauto. No río ni lloro, solo estoy . El pasado no me sobrecoge. La altura no me atormenta. La oscuridad no me llama. Los claroscuros, me definen. Escucho el coro y mi respuesta es contundente: “en mi barca no hay oro ni espadas, tan solo redes y mi trabajo”. En cada pintura, que me recuerda a mis anteriore
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