Estoy recibiendo tanto. Es abrumador. ¿Acaso es el resultado de lo que sembré? ¿Acaso es un adelanto de lo que debo dar?... Mejor recibo nomás, luego me pongo a pensar.
Recarga en la Catedral del Cusco A Juan Víctor Núñez del Prado Béjar Frente a frente, estamos. Tú me miras desde arriba, ni tan arriba, ni tan abajo, lo justo para decirme con tu mocha que me quieres, lo justo para que me corrijas. Yo aquí, parado, abajo, en estas bancas donadas, levanto la mirada, levemente. Te miro y lloro Tayta de los Temblores. Tantos años, tantos tiempos y no termino de descifrarte; siempre hay detalles, siempre revelas pensamientos en mí. Pero hoy no, no quiero decir quién eres. Tu mirada me lo impide. ¡Perdóname! ¡Dame fuerza! Yo soy tú, somos uno, pero tú sigues allí arriba y yo, aquí abajo. Es nuestra dualidad. Recorro esta Catedral, despacio, en silencio, cauto. No río ni lloro, solo estoy . El pasado no me sobrecoge. La altura no me atormenta. La oscuridad no me llama. Los claroscuros, me definen. Escucho el coro y mi respuesta es contundente: “en mi barca no hay oro ni espadas, tan solo redes y mi trabajo”. En cada pintura, que me recuerda a mis anteriore
Doshito, es el resultado de lo que sembraste, de que lo que siembras y segurísimo que, un adelanto de lo que seguirás sembrando.... Adelante sembrador.
ResponderEliminar